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Declaración de Seattle de los Pueblos Indígenas
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Declaración de Seattle de los Pueblos Indígenas | ||||||||||
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El Caucus de los Pueblos Indígenas, convocado y patrocinado por las organizaciones Indigenous Environmental Network USA/CANADA, Seventh Generation Fund USA, International Indian Treaty Council, Indigenous Peoples Council on Biocolonialism, the Abya Yala Fund y TEBTEBBA (Indigenous Peoples’ Network for Policy Research and Education) emitió una declaración el 1 de diciembre en Seattle, en ocasión de la Tercera Reunión Ministerial de la Organización Mundial del Comercio.[2]
Contenido
Texto completo de la Declaración
Declaración de Seattle de los Pueblos Indígenas Con ocasión de la Tercera Reunión Ministerial de la Organización Mundial del Comercio 30 de noviembre - 3 de diciembre, 1999[3]
Nosotros, Pueblos Indígenas de diferentes regiones del mundo, hemos venido a Seattle a expresar nuestra gran preocupación por cómo la Organización Mundial del Comercio está destruyendo nuestra Madre Tierra, junto a la diversidad cultural y biológica de la que somos parte.
La liberalización del comercio y el desarrollo orientado a la exportación, que son los principios fundamentales en los que se basan las políticas impulsadas por la OMC están generando los más adversos impactos sobre la vida de los pueblos indígenas. Nuestro derecho inherente a la autodeterminación, nuestra soberanía como naciones, los tratados y otros acuerdos consultivos que las naciones y pueblos indígenas hemos negociado con otras naciones-estados, se ven minados por los Acuerdos de la OMC. Dada la gravedad del impacto de tales Acuerdos sobre nuestras comunidades, que se manifiesta tanto a través de la degradación ambiental como de la militarización y la violencia que generalmente acompaña a los proyectos de desarrollo, dicho impacto debe ser abordado de inmediato.
El Acuerdo de la OMC sobre Agricultura, que promueve la competencia a través de las exportaciones y la liberalización de las importaciones, ha permitido la entrada de productos agrícolas a precios bajos en nuestras comunidades. Ello está provocando la destrucción de las prácticas agrícolas ecológicamente razonables y sustentables de los pueblos indígenas.
La seguridad alimentaria y la producción de cultivos tradicionales se ven seriamente comprometidos. Entre los pueblos indígenas han aumentado significativamente los casos de diabetes, cáncer e hipertensión debido a la escasez de los alimentos tradicionales y a la entrada de comida-chatarra en nuestras comunidades.
La agricultura en pequeña escala está siendo desplazada por las plantaciones comerciales de exportación, que se concentran en las tierras ancestrales y están en manos de un puñado de transnacionales del agro y terratenientes. Ello ha llevado a la migración forzada de miles de miembros de nuestras comunidades, que se trasladan a las ciudades vecinas, donde terminan transformándose en personas sin hogar y desocupadas. El Acuerdo de la OMC sobre Productos Forestales promueve el libre comercio en ese rubro. Al eliminarse las tarifas sobre los productos forestales en los países desarrollados para el año 2000, y en los subdesarrollados para el 2003, este Acuerdo llevará a la deforestación en muchos de los ecosistemas del mundo donde viven pueblos indígenas.
En muchos países se están modificando las leyes de minería con el fin de permitir la entrada de compañías mineras extranjeras. De este modo éstas podrán adquirir nuestras propias tierras mineras y desplazar sin obstáculo alguno a los pueblos indígenas de sus territorios ancestrales. Estas operaciones de minería en gran escala, al igual que las de extracción de petróleo, siguen degradando nuestras tierras y frágiles ecosistemas, y contaminando el suelo, el agua y el aire de nuestras comunidades.
La apropiación de nuestras tierras y nuestros recursos, junto a la agresiva promoción del consumismo e individualismo de la cultura occidental, siguen destruyendo estilos de vida tradicionales y culturas. El resultado de este proceso es no sólo la degradación ambiental, sino también enfermedad, alienación y altos niveles de estrés, que se manifiestan en altas tasas de alcoholismo y suicidio.
Los TRIPs (Aspectos de los Derechos de propiedad Intelectual vinculados al Comercio) de la OMC fomentan el robo y patentamiento de nuestros recursos biogenéticos. Algunas de las plantas que los pueblos indígenas han descubierto, cultivado y utilizado como alimento, medicinas y para sus rituales sagrados ya han sido patentadas en EE.UU., Japón y Europa.
Como ejemplo de lo anterior tenemos la ayahuasca, la quinoa y la sangre de dragón en las selvas de América del Sur, la kava en el Pacífico, el azafrán y el melón amargo en Asia. Nuestro acceso a y control sobre nuestra propia diversidad biológica, y el control sobre nuestro conocimiento tradicional y patrimonio intelectual se ven amenazados por el Acuerdo TRIPs.
El Artículo 27.3b del Acuerdo TRIPs permite el patentamiento de formas de vida y hace una distinción artificial entre plantas, animales y microorganismos. La discriminación entre procesos "esencialmente biológicos", "no biológicos" y "microbiológicos" es también errónea. De acuerdo con lo que sabemos todas éstas son formas de vida y todos estos procesos generadores de vida son sagrados y no deben estar sujetos a ningún tipo de propiedad privada.
Por último, la liberalización del sector servicios e inversiones, que está siendo impulsada por el Acuerdo General de Servicios (GATS), refuerza la dominación y el control monopólico de las corporaciones transnacionales sobre sectores estratégicos de la economía. El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional imponen condicionamientos de liberalización, desregulación y privatización a los países atrapados en la trampa de la deuda. Estos condicionamientos son además reforzados por la OMC.
A la luz de los adversos impactos y consecuencias que han traído consigo los Acuerdos de la OMC arriba mencionados, nosotros, los pueblos indígenas presentamos las siguientes demandas:
Exigimos que se realicen en forma urgente análisis sociales y de justicia ambiental acerca de los efectos acumulativos que tales acuerdos tendrán sobre los pueblos indígenas. Estos deberían participar en pie de igualdad en el establecimiento de criterios e indicadores para dichos análisis, de modo que sean tenidos en cuenta aspectos espirituales y culturales.
Debe realizarse una revisión de los Acuerdos a fin de abordar todas las injusticias y desequilibrios que afectan adversamente a los pueblos indígenas. En ese sentido realizamos las siguientes propuestas:
(1) Para el Acuerdo sobre Agricultura:
a. Los pequeños agricultores no deben estar comprendidos en el mismo, dado que ellos se dedican mayormente a la producción para el uso doméstico y venden sus productos en los mercados locales. b. Debería asegurarse el reconocimiento y la protección de los derechos de los pueblos indígenas a sus territorios y recursos, así como sus derechos a continuar practicando su agricultura y manejo sustentable de los recursos, y a conservar sus medios de vida tradicionales. c. Debería garantizarse la seguridad alimentaria y la capacidad de los pueblos indígenas a producir, consumir y comercializar sus alimentos tradicionales.
(2) Respecto de la liberalización de los servicios y las inversiones recomendamos lo siguiente:
a. Debe frenarse toda actividad insustentable, como ser la minería, la plantación de monocultivos comerciales, la construcción de represas, la explotación petrolera, la conversión de predios en campos de golf, el madereo, y otras actividades que destruyen las tierras indígenas y violan los derechos de los pueblos indígenas a sus territorios y recursos. b. Asimismo debería reconocerse y protegerse el derecho de los pueblos indígenas a sus estilos de vida tradicionales, sus normas culturales y sus valores. c. No debería permitirse la liberalización de los servicios, en especial en el área de la salud, si ello implicara un impedimento para que los pueblos indígenas tuvieran libre acceso a servicios sanitarios culturalmente apropiados y de buena calidad. d. Debería regularse la liberalización de los servicios financieros, que ha convertido al mundo en un casino de dimensiones planetarias.
(3) En relación con el Acuerdo TRIPs realizamos las siguientes propuestas:
a. Debería enmendarse el Artículo 27.3b prohibiéndose en forma categórica el patentamiento de toda forma de vida. El mismo debería prohibir expresamente el patentamiento de microorganismos, plantas , animales, incluídas sus partes, tanto genes como secuencias de genes, células, líneas de células, proteínas o semillas. b. Asimismo debería prohibir el patentamiento de procesos naturales, sean éstos biológicos o microbiológicos, siempre que impliquen el uso de plantas, animales o microorganismos y sus partes para la producción de variedades vegetales, animales o microbianas. c. Debería asegurarse la exploración y el desarrollo de formas alternativas de protección, más allá del régimen dominante de propiedad intelectual con la visión occidental. Tales alternativas deben proteger el conocimiento y las innovaciones y prácticas en la agricultura, el cuidado de la salud y la conservación de la biodiversidad. Las mismas deberían basarse en los métodos y leyes consuetudinarias indígenas para la protección del conocimiento, el patrimonio y los recursos biológicos. d. Debería garantizarse que la protección ofrecida al conocimiento, la innovación y las prácticas indígenas y tradicionales esté acorde con lo establecido por la Convención de Diversidad Biológica (por ejemplo, en los Artículos 8j, 10c, 17.2 y 18.4) y por el Emprendimiento Internacional sobre Recursos Fitogenéticos. e. Debería tenerse en cuenta el derecho de los pueblos indígenas y de los agricultores a continuar con sus prácticas tradicionales de almacenar, compartir e intercambiar semillas, así como de cultivar, cosechar y utilizar plantas medicinales. f. Debería prohibirse a los investigadores científicos y las corporaciones que se apropien y patenten semillas y plantas medicinales indígenas, así como conocimiento indígena acerca de estas formas de vida. Debería respetarse el derecho al consentimiento previamente informado y al veto por parte de los pueblos indígenas.
En caso de que no puedan atenderse las propuestas que formulamos previamente, exigimos la eliminación de los Acuerdos sobre Agricultura, Productos Forestales y TRIPs de la OMC.
Realizamos un llamado a los estados miembros de la OMC para que no permitan que se dé una nueva ronda hasta que no se realice una revisión y rectificación de la implementación de los acuerdos en vigencia. Rechazamos las propuestas para un tratado de inversiones, competencia, tarifas industriales aceleradas, adquisiciones por parte de los gobiernos, así como la creación de un grupo de trabajo sobre biotecnología.
Exigimos que la OMC se reforme y se vuelva más democrática, transparente y responsable. En caso de que no lo haga, exigimos la abolición de la OMC. Exigimos a las naciones-estado miembros de la OMC que suscriban la adopción por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas del actual texto de la Declaración de Naciones Unidas sobre Derechos de los Pueblos Indígenas y la ratificación del Convenio 169 de la OIT.
Convocamos a todas las organizaciones populares y ONGs a apoyar la Declaración de Seattle de los Pueblos Indígenas y a promoverla a nivel de todos sus miembros.
Entendemos que la filosofía que sustenta los Acuerdos de la OMC y los principios y políticas que promueve se oponen a nuestros valores fundamentales, nuestra espiritualidad y nuestra cosmovisión, así como a nuestras ideas y prácticas respecto del desarrollo, el comercio y la protección del ambiente. Por lo tanto desafiamos a la OMC a que redefina sus principios y prácticas hacia un paradigma de "comunidades sustentables", y que reconozca y permita la permanencia de otras visiones del mundo y otros modelos de desarrollo. Indudablemente los pueblos indígenas son los más perjudicados por la globalización y los Acuerdos de la OMC. Sin embargo, creemos que somos también nosotros quienes podemos ofrecer alternativas viables al modelo de desarrollo dominante basado en el crecimiento económico y la promoción de las exportaciones. Nuestros estilos de vida sustentables y culturas, conocimiento tradicional, cosmologías, espiritualidad, valores de colectividad, reciprocidad, respeto y reverencia ante la Madre Tierra, son fundamentales para la búsqueda de una sociedad transformada, en la que prevalgan la justicia, la equidad y la sustentabilidad.
Esta Declaración del Caucus de Pueblos Indígenas ha sido apoyada por: Indigenous Environmental Network USA/CANADA, Seventh Generation Fund USA, International Indian Treaty Council, Indigenous Peoples Council on Biocolonialism, the Abya Yala Fund, and TEBTEBBA (Indigenous Peoples' Network for Policy Research and Education), 1ro. de diciembre de 1999, Seattle, Washington, EE.UU.
Las organizaciones de pueblos indígenas, ONGs e individuos que deseen suscribir la presente Declaración, pueden enviar un correo electrónico a: ien@igc.org o tebtebba@skyinet.net
Artículos relacionados
- Declaración de Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas
- Carta del Gran Jefe Seattle al Presidente de los Estados Unidos
- Declaración Universal de Derechos Humanos
- Carta Internacional de Derechos Humanos
- Cronología universal de los derechos humanos, s. XX y XXI
Referencias
- ↑ https://www.ienearth.org/indigenous-peoples-seattle-declaration/#:~:text=We%2C%20the%20Indigenous%20Peoples%20from,which%20we%20are%20a%20part.
- ↑ https://www.wrm.org.uy/es/articulos-del-boletin/declaracion-de-seattle-de-los-pueblos-indigenas
- ↑ http://old.redtercermundo.org.uy/revista_del_sur/texto_completo.php?id=687
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