“La feminización de la pobreza es un hecho. La falta de oportunidades de empleo acordes con la formación, otro. El acoso y, cuando cabe, la violencia, otro más. Todo ello para un colectivo cuyo único defecto visible parece ser el no haber tenido la previsión de nacer con otro sexo.”, Amelia Valcárcel

La Enciclopedia o Diccionario razonado de las ciencias, las artes y los oficios

De DHpedia
Saltar a: navegación, buscar

La Enciclopedia o Diccionario razonado de las ciencias, las artes y los oficios

Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten.
Del artículo 27 de la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948)
Que la amplia difusión de la cultura y la educación de la humanidad para la justicia, la libertad y la paz son indispensables a la dignidad del hombre y constituyen un deber sagrado que todas las naciones han de cumplir con un espíritu de responsabilidad y de ayuda mutua.
Del Preámbulo de la Constitución de la UNESCO (1945)

La Enciclopedia o Diccionario razonado de las ciencias, las artes y los oficios (Encyclopédie ou Dictionnaire raisonné des sciences, des arts et des métiers, también llamada Encyclopédie française) fue una empresa editorial, filosófica y científica llevada a cabo por Denis Diderot (1713-1784) y Jean le Rond d'Alembert (1717-1783), entre otros, dentro del espíritu filosófico de la Ilustración, fue publicada entre 1751 y 1776. Constituyó un verdadero monumento del saber científico y técnico en su época, una síntesis y clasificación del saber humano y una genealogía de los conocimientos. Despertó gran entusiasmo, suspicacias y controversias, haciendo de ella una obra clave en la lucha contra el absolutismo y el Antiguo Régimen.

Primera página del tomo I de la Enciclopedia
Entre los colaboradores de la Enciclopedia se encuentran grandes pensadores de la talla de D'Alembert (Matemáticas), Voltaire, Buffon (Ciencias Naturales), Montesquieu, Rousseau, Falconet (Escultura), Dumarsais (Gramática), La Condamine (Ciencias Naturales y Geografía), Paul-Joseph Barthez (Medicina), Quesnay y Turgot (Economía), Duclos o el propio Diderot (quien, además de dirigir el proyecto, era el responsable de Historia de la Filosofía). Además con las aportaciones del dibujante Goussier y de un equipo de magníficos grabadores.

Orígenes del proyecto

La Enciclopedia fue una idea del editor Le Breton, que pretendía traducir la Cyclopaedia inglesa (publicada entre 1728 y 1742) de Chambers, donde Diderot trabajaba únicamente como traductor. En 1750 Diderot concibió el proyecto original de hacer un inventario de todo el conocimiento humano, con la publicación del Prospectus. El proyecto recibió el apoyo de los suscriptores desde sus orígenes, procedentes mayoritariamente de los estamentos privilegiados, aunque el destinatario de la obra fuese el pueblo llano. El primer volumen apareció el 1 de julio de 1751, en medio de una gran expectación.

Características de la Enciclopedia

La obra pretendía combatir cualquier tipo de fanatismo político o religioso, a la vez que abogaba por el valor de un pensamiento libre y dirigido por el principio de la razón. Al principio de este primer volumen, después del “Discurso preliminar” de D’Alambert, aparece el articulo “Enciclopedia”, redactado por el propio Diderot, como director del proyecto, donde expone que el objetivo es el de reunir todos los conocimientos adquiridos por la humanidad, con un espíritu crítico hacia los fanatismos religiosos y políticos, como apología de la razón y la libertad de pensamiento. La Enciclopedia debe hacer una síntesis y clasificación del saber humano y trazar una genealogía de los conocimientos.

Para Diderot se trata de examinar todo, remover todo sin excepción y sin reservas. Establece un orden racional alfabético (“enciclopedia razonada”) y se basa en la clasificación de las ciencias que estableció Francis Bacon (1561-1626), aunque empleando referencias (de cosas y palabras) para que el lector pueda navegar por el conocimiento.

El trayecto razonado inducido por las referencias va construyendo progresivamente un discurso escéptico: el análisis de la mitología hace dudar de la veracidad de la religión cristiana, el estudio de la historia antigua o las costumbres de los países lejanos conduce a mirar de otro modo la política y las costumbres propias. La propuesta “enciclopédica” (circular, "enciclopedia" del griego en kyklos paideía, instrucción en círculo) del saber busca más el provocar una reflexión y una relativización política que el mero hecho de instruir. Toda la astucia y la ideología de la Enciclopedia está en estas referencias, discretas pero eficaces.

Dificultades del proyecto

El primer volumen, del que se imprimieron 2.000 ejemplares, se envió a los suscriptores el 28 de junio de 1751. En el artículo “Autoridad política”, Diderot ataca a Bousset y su teoría del origen divino de la realeza. En seguida la empresa recibió el apoyo de Malesherbes, Montesquieu, Voltaire y Madame de Pompadour. La Enciclopedia triunfó en toda Europa; en Suiza, Italia, Inglaterra y Rusia fue un éxito editorial.

En 1752 apareció el tomo II, que produjo un gran escándalo, por lo que la publicación fue suspendida y Diderot hubo de esconderse. Voltaire le propuso continuar el proyecto en Berlín, con lo que Diderot no estuvo de acuerdo. No obstante, en 1753 apareció el tomo III que fue condenado por el Consejo del rey.

Los tomos IV, V y VI se publicaron en 1754, 1755 y 1756 respectivamente. En 1757, cuando se publicó el tomo VII, la Enciclopedia tenía 4.200 suscriptores. En 1765 se habían publicado ya los 17 volúmenes de texto y en 1772 estaban ya en la calle los 11 correspondientes a los grabados.

La obra fue también muy criticada dentro y fuera de Francia. Moreau tildó a los enciclopedistas de parlanchines, Palissot la atacó en una de sus Pequeñas cartas contra grandes filósofos; incluso colaboradores como Montesquieu o Voltaire arremeterían contra ella en algún momento de sus vidas.

El legado de la «Encyclopédie»

Las corrientes filosóficas transmitidas en la obra eran el sensualismo, el escepticismo y el empirismo propios de la época de la Ilustración. En la percepción relativista del fenómeno cultural en todas sus vertientes pesó mucho la obra de Nicolas Antoine Boulanger (1722-1759), con La Antigüedad al descubierto a través de sus costumbres y su Examen crítico de las principales opiniones, ceremonias e instituciones religiosas de los diferentes pueblos de la Tierra (1766).

La empresa de Diderot y sus colaboradores dio un gran impulso a la producción enciclopédica y quedará, de todos modos, como símbolo del espíritu de la Ilustración y la el hombre empezara a guiarse sólo por su capacidad de razonar.

Desde los medios católicos, a mediados del siglo XIX, se intentó borrar sus huellas con obras más ambiciosas si cabe. El abate Jean-Paul Migne (1800-1875), fundador de la Biblioteca Universal del clero y editor de monumentales colecciones de textos de padres de la Iglesia griega y latina, publicó una Enciclopedia eclesiástica (1851-1859) en 66 volúmenes con el fin de relegar la Enciclopedia de Diderot y D’Alembert.

No obstante, la Encyclopédie quedó como una obra de referencia y un verdadero espejo cultural para el siglo XIX, que nunca la perdería de vista para superarla. El positivismo decimonónico tomó el relevo a la Ilustración y la superó gracias a miles y miles de páginas en todas las áreas del saber, muchas de las cuales se desarrollaron y recibieron nombre por vez primera en esos mismos años.

Tomos II y IX de la Enciclopedia

Artículos relacionados

Enlaces externos

Descargas