“La feminización de la pobreza es un hecho. La falta de oportunidades de empleo acordes con la formación, otro. El acoso y, cuando cabe, la violencia, otro más. Todo ello para un colectivo cuyo único defecto visible parece ser el no haber tenido la previsión de nacer con otro sexo.”, Amelia Valcárcel

Libertad de cátedra

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Libertad de cátedra

La libertad de cátedra es el derecho de los docentes e investigadores, especialmente en universitarios, a investigar y exponer sus enseñanzas y conclusiones sin estar sometidos a inferencias de una entidad superior ni estar sujetos a la doctrina del Estado. Este derecho se fundamenta en la idea de que la indagación abierta y libre en los diversos ámbitos de estudio es fundamental para el avance del conocimiento y la mejora de la propia actividad docente. La libertad de cátedra es una manifestaciónd el derecho fundamental a la libre expresión del pensamiento. Este concepto de libertad de cátedra implica también que la actividad laboral de los docentes e investigadores depende, en primer lugar, de la competencia de los profesores en sus campos y de la aceptación de ciertos estilos de integridad profesional, más que de consideraciones espúrias como las creencias y afiliaciones políticas o religiosas.

Este derecho es observado generalmente en los países en que la educación es considerada como un medio para aumertar el conocimiento, más que para transmitir las ideas y creencias establecidas.

Antecedentes de la libertad de cátedra

Antes del siglo XVII las actividades intelectuales en las universidades se centraban fuertemente en consideraciones teológicas y las opiniones o las conclusiones que chocaban con las doctrinas religiosas oficialmente establecidas eran habitualmente condenadas por heréticas.

A fines del siglo XVII, el trabajo de algunos filósofos, como John Locke y Thomas Hobbes ayudaron a progresar en la aceptación de libertad de cátedra como se entiende en la actualidad. Sus escritos mostraron la necesidad de realizar una investigación científica sin cortapisas y una propuesta general de un aprendizaje no delimitado por prejuicios de ninguna clase.

Las universidades alemanas de Halle y Gotinga, fundadas en 1694 y 1737 respectivamente, fueron las primeras en Europa en ofrecer amplia libertad académica en sus estatutos.

La Universidad de Berlín, fundada en 1810, ofrecía libertad para enseñar y estudiar, ayudando a fortalecer la posición de Alemania como líder de la libertad académica en el siglo XIX.

En España, en respuesta a las limitaciones a la libertad de cátedra, un grupo de profesores crean en 1876 la Institución Libre de Enseñanza, que en sus estatutos se declara ajena a todo interés religioso, ideológico o partidario, y proclama el derecho a la libertad de cátedra, la inviolabilidad de la ciencia y el respeto a la conciencia individual.
Clase de matemáticas en el Helsinki University of Technology (Wikimedia)

En la primera mitad del siglo XX la libertad de cátedra fue reconocida en la mayor parte de las universidades en occidente. Aunque la proliferación de regímenes totalitarios y fascistas (Alemania, Italia, España, Unión Soviética) supuso la violación de este derecho. En Italia y la España fascistas los profesores fueron obligados a jurar fidelidad al régimen. En la Alemania nazi y en la Unión Soviética la libertad académica fue supeditada a las doctrinas políticas impuestas.

En los Estados Unidos la libertad de cátedra ha sido infringida en determinados estados que prohibía la enseñanza de la teoría de la evolución en las escuelas.

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Referencias

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