“Los hombres buenos y generosos, no crean victimas; cuidan de las victimas.”, Julian Assange

Justo entre las naciones

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Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.

Artículo 1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos Justo entre las Naciones (en inglés Righteous Among the Nations) es un título oficial otorgado por el Parlamento del Estado de Israel y el Yad Vashem (institución para honrar a las víctimas y los héroes del Holocausto) desde 1953. El título hace honor a las personas, que no siendo de confesión ni ascendencia judía, prestaron ayuda, sin esperar recompensa o compensación, a las víctimas perseguidas o amenazadas por el régimen nazi o sus aliados. Estas personas reciben el título de Justo entre las Naciones o Justo que se les otorga, junto con otros privilegios, en nombre del Estado de Israel y del pueblo judío, en forma de un diploma certificado y de la denominada Medalla de los Justos en la que figura una frase del Talmud:

Quien salva una vida es como si salvara el mundo entero.

En el año 2010, unas 28000 personas de más de 40 países distintos habían sido reconocidas como Justas entre las Naciones; sus nombres son registrado por el Yad Vashem e inscrito en el Muro de Honor del Jardín de los Justos en Jerusalén.

Durante el Holocausto las actitudes de la población general hacia los judíos variaron entre la indiferencia y la reacción hostil. La mayoría observó indiferente como sus antiguos vecinos eran congregados y deportados; algunos colaboraron con los nazis; otros se aprovecharon de las expropiaciones de bienes judíos. Pero también hubo una minoría que mostró compasión y actuaron en defensa de los derechos humanos elementales de las víctimas; estos son los Justos entre las naciones.

Quienes ayudaron a los judíos sufrieron represalias por sus acciones muchas veces, como el envío a campos de concentración y la ejecución. Otros hubieron de hacer una vida clandestina, por miedo a las denuncias de los vecinos. La mayoría de ellos eran personas comunes y corrientes. Algunas actuaron movidas por convicciones políticas, ideológicas o religiosas; otras no eran particularmente idealistas, sino seres humanos a quienes les preocupaba la suerte de las personas de su entorno. En muchos casos su propósito nunca fue convertirse en rescatadores ni estaban en absoluto preparados para tomar una decisión tan trascendental. Eran personas comunes y, es precisamente por eso, por lo que su humanidad conmueve y sirve de modelo.

Las acciones de los Justos sirven de ejemplo para las futuras generaciones y como modelo de conducta moral. Según el el Yad Vashem, los Justos muestran al mundo que fue y es posible oponerse a la maldad, que la resistencia es posible, no sólo desde un grupo, sino también individualmente.

El mecanismo de reconocimiento

El reconocimiento de los Justos entre las naciones tiene en cuenta los siguientes criterios:

  • No judíos ofrecieron ayuda en situaciones en que los judíos estaban indefensos y bajo amenaza de muerte o de ser deportados a un campo de concentración.
  • La persona que prestaba ayuda era consciente de que ponía en peligro su propia vida, seguridad y libertad personal al hacerlo.
  • La persona que prestó la ayuda no exigió una recompensa material de los rescatados como condición para proporcionarles su ayuda.
  • El rescate o la ayuda está atestiguado por las personas rescatadas o corroborado por informes de testigos presenciales y, siempre que sea posible, por documentos de archivo genuinos.

Desde 1963 una comisión presidida por el juez del Tribunal Supremo de Israel es la encargada del proceso de reconocimiento de Justo. La comisión sigue un protocolo de aplicación de diversos criterios que regulan el método de información y documentación aunque, es en base a los testimonios directos y entrevistas con testigos directos que se fundamenta principalmente el dossier de reconocimiento en el que a término se debe poder confirmar:

  • El hecho de haber aportado la ayuda a la persona judía si esta se encontraba en una situación de gran dificultad, amenazada de deportación a un campo de concentración o en peligro de muerte.
  • El hecho de que aportando esa ayuda de manera deliberada, el Justo era consciente de poner en peligro su seguridad, libertad individual o incluso vida, ya que la asistencia a los judíos era penada como crimen por las autoridades nazis.
  • El hecho haber actuado de manera altruista, sin buscar recompensa o compensación alguna por la ayuda prestada.

Entre las distintas formas de prestar ayuda por parte de los Justos, el Yad Vashem destaca las siguientes:

  • Albergar a un niño o a su familia en su propio domicilio, incluyendo las dependencias de Instituciones religiosas o laicas de manera a esconderles de la vida pública.
  • Procurar los medios para hacer pasar a la persona ayudada por un no judío como falsos documentos de identidad o certificados de bautismo.
  • Ayudar a los judíos a alcanzar un territorio no hostil, asistiéndoles a atravesar las fronteras de manera segura como cuando se hacían acompañar a los niños y adultos por las vías de paso clandestinas .
  • Adoptando a un niño judío temporalmente durante la guerra.

Algunos Justos entre las naciones

  • Irena Sendler: enfermera polaca y miembro de una organización clandestina de ayuda a los judíos, ayudó a encontrar escondites a decenas de niños judíos que fueron salvados del gueto de Varsovia.
  • Elizabeth Abegg: maestra de escuela de Berlín (despedida por las autoridades por expresar sus opiniones contra los nazis), ayudó a muchos de sus ex alumnos judíos y a otros judíos perseguidos a encontrar refugio y bienestar. También ayudó a conseguir los fondos para ayudarles a cruzar la frontera suiza.
  • Dr. Petras Baublys: director de un orfelinato en Kaunas (Kovno), Lituania, albergó niños judíos en su orfelinato hasta que pudo encontrar lugares de refugio permanentes para ellos.
  • Johannes Bogaard: granjero holandés de pocos estudiso, creó una extensa red de protección para decenas de judíos en su granja y en lugares aledaños.
  • Witold Fomienko escondió a cientos de judíos en la región ucraniana de Lutsk, a pesar de las amenazas de los alemanes y residentes locales.
  • Dra. Adelaide Hautval: arrestada por cruzar de manera ilegal la línea de demarcación que dividía las dos zonas de Francia. Mientras estaba en la cárcel esperando su juicio, protestó a gritos por el inhumano tratamiento que recibían sus compañeros de cárcel judíos. Tachada de amiga de los judíos, fue enviada a Auschwitz. Una vez terminada la guerra, Hautval fue testigo en el juicio de Uris contra Dering en Londres en 1964, sosteniendo que era posible desobedecer las inhumanas órdenes de los nazis incluso en Auschwitz.
  • Olena Hryhoryshyn; granjera ucraniana analfabeta, protegió una huérfana judía a pesar de las amenazas de sus vecinos y conocidos. Vagó con la niña de lugar en lugar, protegiéndola de las amenazas de los nazis y miembros de la milicia ucraniana.
  • Karolina Kmita: polaca que escondió en un bosque a dos niñas judías abandonadas, metiéndolas en un agujero cubierto con ramas. Por las noches las visitaba, a pesar de las fuertes nevadas, para aportarles comida, ropas calientes y consuelo.
  • Yvonne Nèvejean: maestra belga, trabajó con grupos clandestinos judíos para poner a salvo cientos de niños, escondiéndolos en hogares privados o en instituciones religiosas o laicas, bajo nombres falsos.
  • Ona imaite: bibliotecaria de la Universidad de Vilna, aprovechó su libertad de movimiento para entrar y salir del gueto judío, supuestamente para recuperar libros prestados a judíos antes de la guerra, con el fin de rescatar valiosas obras literarias de escritores judíos. También ayudó a judíos escondidos fuera del gueto. Fue arrestada durante un intento de sacar clandestinamente del gueto a una niña judía y luego de ser torturada fue enviada a un campo de concentración. Sobrevivió al campo, auque su salud sufrió daños permanentes.
  • Oskar Schindler: comerciante alemán en Cracovia (Polonia) salvó a 1200 judíos en una operación de rescate sin paralelo por su osadía y la forma en que se llevó a cabo.

También debe mencionarse los países y comunidades que se implicaron en la salvación de judíos:

  • Dinamarca y sus organizaciones clandestinas, salvó a casi toda la comunidad judía del país (unas 7200 personas de un total estimado en 8000) en una operación en octubre de 1943 en la que los trasladaron clandestinamente a Suecia.
  • En los Países Bajos, el poblado de Nieuwlande, en la provincia de Drente, albergó a cientos de judíos por largos períodos.
  • La comunidad protestante de Le Chambon, sur de Francia, albergó a miles de judíos durante un largo período de tiempo y ayudó a algunos a cruzar la frontera suiza.

Españoles reconocidos como Justos entre las naciones son:

  • Eduardo Propper de Callejón: diplomático de alto rango en la embajada española en París, en 1940, durante la invasión alemana y comenzó a emitir visados; durante cuatro días, entre el 18 y el 22 de junio de 1940 facilitó visados sin descanso, aun contraviniendo las directrices del gobierno franquista.
  • José Santaella y Carmen Waltraut Santaella: durante la segunda Guerra Mundial el Dr. José Santaella, nacido en 1904 en Baena, España, servía como agregado de agricultura en la embajada de su país en Berlín. Santaella y su mujer, Carmen Waltraut nacida en 1913 en Grethem, Alemania, salvaron las vidas de tres mujeres judías.
  • Angel Sanz-Briz: encargado de negocios de la legación española en Budapest en el verano de 1944. Inmediatamente después del comienzo de las persecuciones contra los judíos húngaros ofreció en nombre de su gobierno proveer pasaportes a judíos de origen español, y negociar por su protección con las autoridades de Hungría. Sanz-Briz recibió el consentimiento de otorgar esos derechos a 200 judíos españoles pero los amplió por su cuenta a 200 familias y luego extendió a más personas. También hizo alojar a judíos en edificios rentados por él en Budapest bajo la protección de la bandera española. Sanz-Briz logró salvar a cerca de 5000 judíos, en su mayoría, de origen no español. Se le ordenó abandonar la capital húngara en diciembre de 1944.

Los Justos entre las Naciones que atraviesan dificultades económicas donde quiera que vivan, reciben ayuda financiera de la Fundación Judía para los Justos, una organización filantrópica con sede en Nueva York creada para este propósito. Los Fondos Anne Frank, con sede en Basilea (Suiza) cuida del bienestar de aquellos Justos que necesitan ayuda médica. Los Justos que viven en Israel (unos 35) reciben automáticamente una pensión del estado.

Justos entre las naciones por nacionalidad

Según datos de enero de 2007 del Yad Vashem:

  • Polonia: 6004
  • Holanda: 4767
  • Francia: 2740
  • Ucrania: 2185
  • Belgica: 1443
  • Lituania: 693
  • Hungría: 685
  • Bielorrusia: 576
  • Eslovaquia: 465
  • Alemania: 443
  • Italia: 417
  • Grecia: 271
  • Serbia: 124
  • Rusia: 124
  • República Checa: 118
  • Croacia: 106
  • Letonia: 103
  • Austria: 85
  • Moldavia: 73
  • Albania: 63
  • Rumanía: 53
  • Suiza: 38
  • Bosnia: 35
  • Noruega: 41
  • Dinamarca (no contabilizados individualmente todos los miembros de la clandestinidad que participaron en el rescate de la comunidad judía): 21
  • Bulgaria: 17
  • Gran Bretaña: 13
  • Suecia: 9
  • Macedonia: 10
  • Armenia: 10
  • Eslovenia: 6
  • España: 3
  • Estonia: 3
  • China: 2
  • Estados Unidos: 3
  • Brasil: 2
  • Chile: 1
  • Japón: 1
  • Luxemburgo: 1
  • Portugal
  • Turquía: 1
  • Georgia: 1

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Referencias

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